Los castrati

 

El tránsito al siglo XVIII coincide con el desarrollo de un nuevo estilo de ópera: la ópera seria cual estaría orientada al espectáculo y basada en la importancia de las voces de las prime donne y los castrati. El empuje de este nuevo género lo convertirá pronto, bajo la denominación de ópera seria, que dominará Europa prácticamente hasta la Revolución Francesa.

Estos cambios estilísticos pueden observarse también en los géneros orquestales y solistas, que trasladarán al medio instrumental un mayor apoyo y un sentido del espectáculo similares a los de la ópera seria.

El espectáculo en la ópera es el reflejo de un delicado lazo entre los modelos culturales de la burguesía y la nobleza, el primero basado en el éxito comercial y el segundo basado en el patrocinio privado y la exaltación de los valores aristocráticos. El aumento de la burguesía, y la aceptación por parte de las monarquías de las ideas ilustradas promoverán un intenso debate ideológico en torno a la ópera.

Estos equilibrios se resolverán de manera distinta en función de las circunstancias políticas y sociales de cada país. Así, mientras en la España borbónica y las cortes germánicas la ópera seria dependerá principalmente de los reyes y príncipes, en Inglaterra se asentará gracias al negocio de las empresas privadas.

Los castrati: 

Los castrati eran niños cantores sometidos a la operación de castración para conseguir conservar su voz aguda a la hora de entonar. Empezó a llevarse a cabo en el siglo XVI en el sur de Europa para que los niños conservasen sus dotes musicales (las voces finas principalmente). Se hacía a los jóvenes para evitar la maduración de la voz. Estos cantores (castrati) empezaron a ser utilizados por la iglesia italiana en los siglos XVII y XVIII.

Los castrati cantaban con registro
de mujer debido a la gran agudeza que podían conseguir, la cual biológicamente, sería posible solo por mujeres.